En anteriores Campañas Electorales el motivo que decidía el voto de un elector se basaba en la funcionalidad de la propuesta política, ya que venía a cubrir una necesidad. Actualmente la componente emocional del voto es decisiva, esto nos lleva a situaciones en las que un candidato que cubre iguales necesidades se diferencia para dirigirse a distintos grupos de electores. En este tipo de política un marketing masivo no es eficaz. Por otro lado, la gran cantidad de medios de comunicación que existen hoy en día hace que los expertos en marketing tengan su trabajo más difícil.
Como consecuencia de todo esto, definir un mercado objetivo para un candidato implica identificar electores con necesidades similares, pero será necesario tener en cuenta cuántos grupos homogéneos componen ese mercado, y qué microzonas ocupan. Con un SIG localizo a mis electores, puedo diferenciar dónde están mis centros de propaganda y qué zonas ocupan los habitantes con el mismo perfil electoral. Con esta información, la decisión sobre el lugar donde invertir en una campaña política es una decisión sencilla.
Realicemos un repaso del mercado objetivo que tenemos dentro de las campañas políticas y qué tipo de análisis se podría realizar con ellos. En primer lugar los electores: dónde están, quiénes son, o localización de un segmento específico de población,
También son susceptibles de estudio los puntos de propaganda: dónde están, análisis para detectar los huecos de mercado electoral, eliminación de los puntos menos rentables, apertura de nuevos locales partidarios, etc.
Al estudiar la red de propaganda podemos zonificar el mercado, controlar y analizar las visitas a paginas web 2.0 (facebook, twitter, etc.), controlar los gastos, estudiar históricamente las zonas, realizar nuevas asignaciones de zonas, etc.
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