domingo, 25 de mayo de 2014

ELECCIONES PRESIDENCIALES COLOMBIA 2014 (GEOGRAFÍA ELECTORAL Y PARTICIPACIÓN ELECTORAL)


Un total de 32.975.158 colombianos podrán votar en el país y en el exterior, durante la elección de Presidente y Vicepresidente de la República que se realizará el 25 de mayo de 2014 y decidir entre los cinco candidatos que quedaron inscritos, el cual debe ocupar el cargo de primer mandatario de la nación colombiana.





Del total de los ciudadanos habilitados para sufragar, 17.129.768 son mujeres y 15.845.390 hombres, los cuales podrán ejercer su derecho al voto en 88.657 mesas distribuidas en 10.642 puestos de votación en todo el país y en el exterior. Las zonas del país con mayor número de ciudadanos habilitados para votar son Bogotá con 5.204.003 personas, seguido de Antioquia con 4.269.005, Valle con 3.239.661 y Atlántico con 1.694.687 colombianos en el censo electoral.


El periodo de inscripción de candidatos inició el 25 de enero de 2014 y se extendió hasta el 7 de marzo de 2014. Clara López Obregón, se inscribió por la coalición Polo Democrático Alternativo Unión Patriótica y su fórmula a la Vicepresidencia de la República es Aída Avella Esquivel.

Óscar Iván Zuluaga Escobar, lo hizo por el grupo significativo de ciudadanos Centro Democrático y registró a Carlos Holmes Trujillo como su fórmula vicepresidencial.

Juan Manuel Santos Calderón y Germán Vargas Lleras inscribieron su candidatura a la Presidencia y Vicepresidencia de la República respectivamente, por la coalición Unidad Nacional, conformada por los partidos Liberal Colombiano, Partido Social de Unidad Nacional, Partido de la U y Cambio Radical.

Finalmente Martha Lucia Ramírez Blanco, se inscribió por el Partido Conservador y además registró como candidato a la Vicepresidencia a Camilo Alberto Gómez Alzate.

Adicional a estos cuatro aspirantes a la Presidencia de la República, se suma la inscripción de Enrique Peñalosa Londoño, por el Partido Alianza Verde luego de ser elegido como candidato mediante consulta popular el 9 de marzo en los pasados comicios de Congreso de la República. Isabel Segovia Ospina fue la fórmula vicepresidencial escogida por Enrique Peñalosa, para participar en las elecciones del 25 de mayo.


Una investigación llevada a cabo por Rodrigo Losada, autor junto a otros colaboradores de un Atlas de las Elecciones Presidenciales Colombianas del periodo 1974-2002, demostró que existía una correlación entre el resultado de elecciones previas y la presencia de actores armados, con independencia de factores socioeconómicos, tradición política, tamaño o situación geográfica.

Así, en las presidenciales de 2002, en los municipios controlados por la guerrilla, la abstención tendía a ser más alta y menor el porcentaje de voto de voto obtenido por el candidato vencedor, Álvaro Uribe. Por el contrario, en las zonas controladas por bandas paramilitares se observaba el fenómeno inverso; participación electoral por encima de la media y apoyo masivo a la candidatura de Uribe.



Para las elecciones presidenciales del 2010 los estudios de opinión señalaban que las FARC eran percibidas por los colombianos como el principal obstáculo que tendría el futuro presidente para gobernar. Santos había sido Ministro de Defensa con Álvaro Uribe y en su gestión se desarrollaron algunas de las operaciones de más impacto contra la banda armada, incluyendo la incursión en territorio ecuatoriano en la que falleció el comandante guerrillero “Raúl Reyes” y la Operación Jaque, que concluyó con la liberación de Ingrid Betancourt y otros rehenes. Mockus, por su parte, había criticado en los debates las actuaciones del ejército, al considerar que se habían hecho al margen de la legalidad (incursión en Ecuador y “falsos positivos”). Sin embargo, los paramilitares no eran considerados un obstáculo importante por la opinión pública, al considerarse que las estructuras de estos grupos habían sido desmontadas tras el proceso pactado de desmovilización durante el mandato de Uribe. No obstante, el dominio que estas bandas armadas ejercían sobre parte del territorio colombiano fue sustituido por nuevas bandas criminales (llamadas BACRIM), que en muchos casos habían sido formadas por antiguos miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y grupos similares.



En el mapa se observa que Juan Manuel Santos venció en la mayor parte del territorio colombiano. Las zonas que registraron un porcentaje más alto para su candidatura fueron, entre otras, los Llanos Orientales (departamentos de Meta, Casanare y Arauca), el valle del Magdalena (departamentos de Bolívar, Magdalena, Cundinamarca), la región de Urabá (Chocó y Antioquía) y zonas rurales en los departamentos de Norte de Santander, Boyacá, Cundinamarca, Huila y Tolima, entre otros. Antanas Mockus venció en bastantes municipios del suroeste del país, en los departamentos de Cauca, Nariño y Putumayo, en varios de la costa del Pacífico (incluyendo la ciudad portuaria de Buenaventura, en el Valle del Cauca, con predominio de población afrocolombiana) y en extensos y poco poblados corregimientos de la Amazonia. 


En los departamentos del suroeste (Nariño, Cauca y Valle), donde el conflicto armado tuvo un rebrote en los últimos años y donde actúan además bandas de narcotraficantes, el mapa se asemeja a un mosaico. Mockus, por ejemplo, venció con más del 50% de los votos en Toribío, un municipio donde la comunidad indígena local ha sufrido en los últimos tiempos los embates del ejército y las FARC. El candidato verde también lo hizo en otros municipios de la zona marginados por las autoridades, donde se cultiva la coca en régimen de subsistencia, existe población desplazada por el conflicto armado.

Un Estudio elaborado por el Observatorio de Procesos Electorales de la Facultad de Ciencia y Política de la Universidad del Rosario de Bogota realizo un estudio donde muestra la relación existente entre la distribución de fuerzas electorales en el país (los partidos), y el comportamiento del electorado colombiano en las elecciones a la Presidencia. Esto permite tener un panorama de qué fuerzas políticas están mejor o peor instaladas allí donde históricamente se ha jugado la contienda por la elección del presidente de la República.

Es importante comenzar por entender cómo participa el electorado colombiano en los distintos tipos de elección. Las elecciones al Congreso y a la Presidencia se realizan con tan sólo dos meses de diferencia, y en general la cantidad de ciudadanos que participa en ellas no varía mucho. En 2010, por ejemplo, el 44,2% del potencial electoral colombiano participó en las elecciones al Congreso, mientras que en las elecciones a la presidencia lo hizo una porción un poco mayor de ciudadanos, el 49,6% del potencial de votantes.

No obstante, la distribución geográfica de esta participación sí varía considerablemente entre una y otra elección, lo que permite inferir que estos votantes no son exactamente los mismos en ambas oportunidades. Los siguientes mapas permiten evidenciar este hecho:



Estos mapas muestran qué porcentaje del censo electoral de cada municipio suele participar en las elecciones al Senado, y dos meses después en las elecciones a la Presidencia. Para darle mayor valor a estas cifras, se ha calculado un promedio de esa participación en las últimas tres elecciones (en el caso del Senado: 2006, 2010 y 2014; y para la Presidencia: 2002, 2006 y 2010). Los datos muestran que año tras año, la distribución nacional de esta participación es muy similar para cada tipo de elección, por lo que se puede decir que al menos en la última década, este es un patrón de comportamiento estable del electorado nacional.

En estos mapas es visible que el país no participa de la misma manera al elegir al Congreso que al elegir al Presidente. En las elecciones legislativas hay una participación proporcionalmente mayor en regiones como el Caribe (especialmente Sucre, Córdoba, Bolívar, Atlántico, el sur de Cesar, el occidente y sur de Magdalena y el sur de La Guajira), la zona montañosa de Nariño, los valles montañosos de Santander hasta el sur de Norte de Santander, el piedemonte llanero desde el norte del Meta hasta Casanare, el sur de Huila y la región central de Chocó.

En cambio, para las elecciones a la Presidencia el cambio es visible, en especial porque en el Caribe y en Nariño desciende marcadamente la participación. Por su parte, en los Santanderes y los Llanos, la ya alta participación de las legislativas aumenta en las Presidenciales. Pero lo más notable es que para este último tipo de elección sobresalen con una muy alta participación regiones que dos meses antes se tienden a caracterizar por su abstención: los valles occidentales y orientales entre las cordilleras, en el centro del país (la zona cafetera hasta el centro-sur de Antioquia por un lado, y todo el centro de Cundinamarca incluyendo a Bogotá hasta Boyacá y Santander por el otro).

Los siguientes mapas muestran esta distribución de la participación en ambos tipos de elección relacionada con el potencial electoral de cada municipio del país para las elecciones de 2014.



El tamaño de los círculos de estos mapas representa el potencial de votantes que cada municipio tiene, mientras que el color vuelve a mostrar qué porcentaje de ese potencial en cada municipio participa en cada tipo de elección (de nuevo desde el promedio de las últimas tres elecciones).

En estos mapas se evidencia el papel preponderante que juegan las grandes ciudades (enormes reservorios de votantes) en las elecciones presidenciales. Como se ve en los mapas, en las elecciones legislativas ni siquiera las grandes ciudades de las regiones con mayor participación se destacan (excepto Sincelejo, y en menor medida Montería, Pasto y Cali), pues en Santa Marta, Barranquilla, Cartagena la participación es mucho más baja que en las zonas rurales. En cambio, al momento de las elecciones a la Presidencia, las grandes y medianas ciudades del centro del país tienen una alta participación. Es el caso de Bogotá, Medellín y Bucaramanga, las tres con sus ciudades aledañas; así como las urbes del Eje Cafetero, Ibagué, Villavicencio, Yopal y las grandes ciudades de Boyacá.